Cuando el Cuarteto de los 3 Continentes suba al escenario de auditorio Santa Úrsula, este sábado 19 de junio, a las 7:30 p.m., lo hará preparado para interpretar un programa compuesto de dos grandes obras musicales: cuarteto en Mi Bemol mayo, op. 16; y cuarteto para piano Nº 1 en do menor, Op. 15, cada una de ellas creadas por Ludwig van Beethoven (1770-1821) y Gabriel Fauré (1845-1924), respectivamente.
A continuación, les presentamos una breve reseña acerca de cada obra:
Cuarteto en Mi Bemol mayo, op. 16
El Cuarteto en Mi bemol mayor, op. 16, para piano y cuerdas es una transcripción hecha por el propio compositor del Quinteto para piano y vientos (oboe, clarinete, corno y fagot) identificado con el mismo número de opus. El Quinteto para piano y vientos de Beethoven emula al que había compuesto W.A. Mozart, incluso en la misma tonalidad de Mi bemol mayor, y que corresponde en el catálogo de obras del genio de Salzburgo al K. 452. El quinteto de Beethoven fue concluido poco antes de su estreno, el cual se produjo el 6 de abril de 1797 en un concierto realizado en Viena con la participación del propio compositor en la interpretación del piano. El hecho de que la parte del piano sea especialmente destacada puede ser un indicio de que el autor había concebido la obra para ejecutarla él mismo. A fi n de convertir a este bello quinteto en una obra que se interpretara más frecuentemente en salones familiares, Beethoven lo transcribió para piano y trío de cuerdas.
El primer movimiento se inicia en tempo Grave, en el cual, desde el inicio, el piano fija un carácter concertante. Luego el primer movimiento se desarrolla en tempo Allegro, ma non troppo con un espíritu animado y, por momentos, con rasgos dramáticos. El segundo movimiento, Andante cantabile, es una pieza de hondo sentimiento; mientras que la última parte, Rondó: Allegro, ma non troppo, adquiere un temperamento brillante y de estructura poco convencional.
Cuarteto para piano Nº 1 en do menor, Op. 15
Si bien tanto sus obras para voz como las de piano han atraído el interés popular, muchos críticos han valorado especialmente sus composiciones de cámara. Su primer cuarteto con piano, el opus 15, en do menor, apareció en 1879. Esta obra fue seguida por una larga serie de obras de cámara de gran calidad artística, de equilibrada elegancia, a la vez clásicas e innovadoras. La obra de Fauré encierra una inspiración original, marcada por el buen gusto y una fi na sensibilidad. Compuso abundante música para piano llena de encanto y un bello Requiem (1877). Su drama lírico Penélope (1913) es, asimismo, una destacada obra. Frecuentemente, se ha considerado a Fauré como pionero del renacimiento de la composición musical francesa y como autor de una sólida obra artística.
El Cuarteto op. 15 es una obra muy atractiva y de concepción tan digna, que alcanza un nivel equivalente al de composiciones de su género creadas por renombrados autores del siglo XIX. Los cuatro movimientos de este cuarteto presentan y desarrollan temas de gran carácter. En el primer momento, Allegro molto moderato, el tema principal es vigoroso y muy resuelto. En cambio, en el segundo movimiento, Scherzo, Allegro vivo, el carácter es vivaz, pero delicado. El tercer movimiento, Adagio, se presenta rico de efectos dramáticos, y el cuarto, Allegro molto, encierra matices luminosos y propios del mundo de la danza. Es notable que Fauré haya alcanzado resultados tan importantes en su primera obra destinada a una forma de cámara particularmente difícil.