Rodolfo y Mimì se conocen en medio de una noche iluminada solo por la luz de la luna. La voz de ambos jóvenes sobresale dulcemente entre los violines, las maderas, el arpa. El sentimiento es puro, máximo; del mismo modo, los sonidos, repletos de matices, son totalmente naturales. Así se han enamorado. Todo es obra de Giacomo Puccini –para muchos, el último gran operista italiano– que conoce tan bien al espectador que lo lleva del suspiro a la carcajada y de la alegría a un amargo nudo en la garganta.
Ese es el enigmático poder de la voz, un instrumento perfecto muy bien aprovechado no solo por Puccini, sino también por compositores como Giuseppe Verdi, Gaetano Donizetti y Vincenzo Bellini. Cada uno, dentro de su estilo y su tiempo, supo expresar el dolor, la ambición, la ira, la frustración, la pasión y hasta el sarcasmo en obras con historias actuales y universales.
Toda esa hipnótica y adictiva experiencia de la música lírica podrá disfrutarla el próximo 11 de noviembre a las 8:00 p.m. en el Gran Teatro Nacional. La interpretación estará a cargo de la Orquesta Sinfónica de Bucarest, que vuelve para presentar un programa dedicado, fundamentalmente, a la música escénica.
El espectáculo será dirigido por el maestro francés Benoît Fromanger, un artista que trabajó, en su etapa de músico de orquesta, con leyendas como Leonard Bernstein, Carlos Kleiber, Lorin Maazel, Zubin Mehta y Valéry Gergiev, su mentor. Junto a él llegará el tenor Tadeusz Szlenkier y la soprano Joanna Woś, ambos polacos con un gran recorrido por teatros europeos y americanos.
Ellos, acompañados por la orquesta rumana, interpretarán las arias más emblemáticas de la ópera italiana como Una furtiva lagrima, de L’elisir d’amore(Donizetti); Casta Diva, de Norma (Bellini); escenas de Tosca, La Bohème, Madama Butterfly (Puccini), además de La Traviata y Rigoletto (Verdi).
Este viaje operístico será enmarcado en ambas partes con grandes momentos orquestales. Empezará con la Rapsodia Rumana nº1, de George Enescu, una emocionante obra que evoca al folclor del país balcánico y que, sin duda, expresará la identidad de la agrupación bucarestina. Al centro del programa el maestro Fromanger dirigirá la dramática y premonitoria obertura de La Forza del Destino, compuesta por Giuseppe Verdi en 1869.
Para finalizar el programa, los rumanos también buscarán dejar constancia de su versatilidad e interpretarán una versión reducida del popular ballet Cascanueces, de Piotr I. Tchaikovsky. Una suite que incluirá sus seis danzas características (la Marcha, la Danza del Hada de Azúcar, la Trepak, la Danza árabe, la Danza china y la Danza de las flautillas), y el Vals de las Flores.