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103 años de vida institucional

En un país como el Perú, donde las instituciones se caracterizan por su fragilidad y las iniciativas culturales se diluyen con el paso del tiempo ante la falta de apoyo estatal y privado, pocas instituciones se pueden preciar de cumplir ciento tres años dedicados a la promoción y la difusión de la cultura musical.

La Sociedad Filarmónica de Lima cumplió 15 de agosto un año más de vida institucional. Son en total ciento tres años, desde que en 1907, un grupo de amantes de la música reuniera esfuerzos y voluntades para fundar una asociación que sirviera de nexo entre los grandes compositores e intérpretes de la música clásica y el público aficionado limeño.

Desde su fundación, la centenaria institución ha venido ofreciendo, año tras año, una serie de conciertos que, fomentados por el entusiasmo de sus miembros y el invalorable apoyo de la iniciativa privada, le han proporcionado a nuestra ciudad una dinámica artística que ha contribuido al enriquecimiento de nuestra cultura y a la aparición de talentos jóvenes en la escena musical mundial. El espíritu de sus temporadas de conciertos se resume perfectamente en las palabras de su actual presidente, el Dr. Salomón Lerner Febres: “compositores, solistas, cantantes, instrumentistas y conjuntos de cámara nacionales y extranjeros, encuentran en la Sociedad Filarmónica la posibilidad de un diálogo musical honesto y enriquecedor entre diversas generaciones”.

Historia de pasión por la música
La creación de la centenaria institución se remonta a 1907, año en que el alemán Carlos Einfeldt y los músicos de la Quinta Heeren, agrupación a la que muchos limeños de entonces llamaban «El Manicomio de la Quinta Heeren», empezó a convocar a un número cada vez más grande de melómanos, quienes, al darse cuenta de su afición común, decidieron instituir un centro consagrado especialmente al fomento de la buena música.

De esta forma, el 15 de agosto de 1907 se reunieron en el Club Nacional los más distinguidos melómanos de la ciudad con el propósito de fundar la Sociedad Filarmónica de Lima. Ahí estuvieron Manuel Álvarez Calderón, Ántero Aspíllaga, Enrique Barreda y Osma, Felipe Barreda y Osma, Enrique Domingo Barreda y Laos, Adolfo Baash, Rómulo Botto Lercari, Alberto Falcón, Alfredo Fleury, Luis González del Riego, Francisco Graña, Jorge Labrousse, Pedro López Aliaga, Enrique Swayne, Hernán Velarde y el propio Carlos Einfeldt. En dicho encuentro, el pintor Enrique Domingo Barreda pronunció un emocionante discurso y destacó la cooperación del señor González del Riego, autor de la iniciativa y principal animador del grupo.

A la semana siguiente, el 22 de agosto, el comité provisional, presidido por Manuel Álvarez Calderón, se volvió a reunir para iniciar los trabajos preliminares que llevarían a la conformación del primer directorio de la nueva organización. Tal como se había acordado en la reunión inicial, cada miembro fundador debía presentar a diez personas para ampliar las bases de la nueva institución, lo cual se cumplió.

El 6 de septiembre, en los ambientes del Club Nacional, se realizó la votación para conformar el primer Consejo Directivo de la Sociedad Filarmónica. Realizado el escrutinio, el resultado fue el siguiente:

Presidente: Manuel Álvarez Calderón; Vicepresidente: Carlos Einfeldt; Tesorero: Enrique Swayne; Secretario: Luis González del Riego; y Bibliotecario: Francisco Graña

Así, la nueva institución quedó plenamente organizada y preparada para iniciar sus actividades artísticas y culturales. Nadie imaginaba por aquel entonces que esta Sociedad Filarmónica iba a ser la de mayor duración y la de legado más sólido en nuestro país.

Legado invalorable: fomento de la música de cámara en el Perú
Entre los frutos que rindieron el trabajo y el amor por la música de los fundadores de esta institución, se encuentran nada menos que el  haber acogido, desde 1908 hasta 1928, la Academia de Música, primer centro de enseñanza musical y precursora del Conservatorio Nacional de Música.

Durante sus primeras cuatro décadas, la Sociedad Filarmónica de Lima supo combinar muy bien la música de cámara con el género sinfónico y coral. Era costumbre que por mes se realizaran tres veladas dedicadas a la música de cámara, mientras se preparaba un gran concierto sinfónico. Con el pasar de los años y con la creación de la Orquesta Sinfónica Nacional (1938), éstos fueron aumentando paulatinamente. Sin embargo, la Sociedad Filarmónica siempre subrayó la importancia de la música de cámara. Es más, sus más remotos orígenes estaban en el cultivo del género camerístico. No olvidemos a los aficionados que se reunían en la Quinta Heeren para interpretar cuarteto y tríos. Esa natural predisposición no se perdió con el pasar de los años. Todo lo contrario fue en aumento y logró, hacia la década de 1940, sobrepasar el arte sinfónico, quedándose la Filarmónica como el único baluarte del fomento de la música de cámara en el Perú. Y eso hasta nuestros días.

El mejor ejemplo de ese legado son también las extraordinarias TEMPORADAS de abono que año a año la Sociedad Filarmónica ofrece con la participación de los más renombrados exponentes de la escena musical mundial. Cada temporada consta de 12 a 14 conciertos al año como la que se viene desarrollando actualmente en su escenario habitual desde las últimas décadas, el Auditorio Santa Úrsula.

Apuesta por los nuevos talentos
Desde el 2008, bajo la presidencia del Dr. Salomón Lerner Febres, la Sociedad Filarmónica de Lima se ha empeñado en continuar fielmente con el legado de sus fundadores para promover la cultura musical y contribuir con la formación académica musical en alianza con diferentes instituciones como la Escuela de Música de la PUCP, la Alianza Francesa, la Asociación Cultural Peruano Británica, el Patronato de la Música y el Instituto Nacional de Cultura, entre otras.

La Sociedad Filarmónica promueve clases maestras abiertas al público con los mismos artistas que participan en sus temporadas de conciertos. Este año, por ejemplo, además de la clase maestra dictada por el Cuarteto de los 3 Continentes de Francia, están planeadas las clases a cargo del Cuarteto Mandelring de Alemania y del célebre pianista austríaco Paul Badura Skoda. Con esta iniciativa, la institución busca que su contribución a la cultura musical no sea efímera, sino más bien de largo aliento, pues en dichos talleres el público, y en especial los jóvenes, pueden encontrar un aprendizaje guiado por los grandes referentes de la vanguardia musical en este género.

Pero la labor de la institución no se agota ahí. Con frecuencia realiza ciclos para pianistas jóvenes y jóvenes solistas en nuestro país, con el fin proporcionarles un espacio en el que puedan desplegar todo su talento y mostrarlo al público. Asimismo, entre sus planes para el próximo año, figura la realización de un encuentro regional de sociedades filarmónicas de Latinoamérica, con el que se pretende generar un intercambio de experiencias entre diversas organizaciones de este tipo que pertenecen a otros países. Una ocasión que además servirá para establecer lazos de confraternidad y mutua cooperación para el desarrollo de sus trabajos.

\»Somos conductores de una poesía\»

En el mes de su centésimo tercer aniversario y como parte de su Temporada 2010, la Sociedad Filarmónica de Lima presenta por primera vez en el Perú a la notable agrupación española Ensemble Instrumental de Granada (EIG) este martes 3 de agosto en el auditorio Santa Úrsula. Antes de su arribo en nuestra capital, conversamos con Germán Clavijo, su director fundador, quién nos cuenta acerca de los inicios y la trayectoria del conjunto, además de adelantarnos algunos detalles sobre su presentación.

El EIG se fundó en el 2006 y muchos de sus músicos colaboran asiduamente con grupos tales como la London Symphony Orchestra, City of Birmingham Symphony Orchestra, BBC Philarmonic, Amsterdam Percusión Group, European Union Chamber Orchestra, entre otros. ¿Cómo es que nace la idea de formar una agrupación propia?

Surgió de la necesidad espiritual de estudiar e interpretar un repertorio que las grandes formaciones que usted menciona no abarcan, debido a su naturaleza. Y compartir esto con mis colegas implica enriquecerse enormemente humana y artísticamente. La música de cámara es, creo yo, la más alta expresión del arte. Los más grandes compositores han escrito  obras camerísticas en momentos cruciales de sus vidas, dada la intimidad y los recursos de este formato. Los últimos cuartetos de Beethoven o el Quinteto en do mayor de Schubert son ejemplos de la profundidad y magnitud que puede alcanzar la música.

¿Considera que en poco tiempo las distintas personalidades musicales del EIG se han logrado acoplar para sonar como un solo cuerpo sonoro?

El EIG se nutre de la energía, conocimiento y creatividad de todos sus miembros y de los artistas que a menudo colaboran. Lo que siempre ofrecemos es integridad y respeto por el texto. En realidad somos meros conductores de un mensaje, de una poesía, de una historia.

La placa discográfica que grabaron en el año 2008 abarca varios periodos artísticos en las obras de autores como Antonin Dvorak, Béla Bartók, Zoltán Kodály; pero además incluye una obra de un compositor contemporáneo como Oswaldo Golijov. ¿Los repertorios de sus presentaciones acostumbran a ser así de variados?

El leit motiv de este CD es la influencia de la música tradicional en la obra de diferentes compositores, todas ellas de gran belleza y colorido. Las piezas de Golijov son de claro carácter folclórico judío, una especie de klezmer escrito con notación clásica para que lo podamos interpretar todos.

¿Elegir a Oswaldo Golijov, un compositor argentino, para la grabación de ese CD tuvo que ver también con una reivindicación musical de sus raíces argentinas?

En efecto, soy argentino y aunque llevo la mitad de mi vida viviendo en Europa y me siento ciudadano del mundo, tengo el gen argentino grabado a fuego. ¡Las raíces no perdonan! (risas). La elección de la obra de Golijov no tiene que ver con una reivindicación, sino con la emoción que me causó la primera vez que escuché su música.

¿Actualmente el EIG viene preparando algún nuevo material discográfico?

En este momento no estamos pensando en grabar. Sin ánimo de ofender a nadie, creo que las grabaciones son un capítulo en proceso de extinción. Necesarias exclusivamente por motivos de promoción. La tecnología ha permitido involuntariamente tergiversar el resultado artístico; ha interpuesto la técnica a la emoción. Si escucha grabaciones de los años ’50  entenderá lo que quiero decir. El público ya no busca la perfección, busca descubrir, emocionarse, comunicarse. La emoción esta en el concierto en vivo y en directo, en la energía, y en la comunión entre el músico y el público y viceversa.

¿Cómo hacen para intercalar los compromisos que tiene cada uno de los integrantes con los que tienen en conjunto como agrupación?

Hacemos todo lo que podemos, aunque debo confesarle que es sumamente complicado. De hecho desde hace un año tengo la fortuna de ser miembro de la London Symphony Orchestra, lo que implica una actividad frenética, grabaciones y giras. Y los demás integrantes tienen evidentemente sus propios compromisos, que le aseguro que no es poco.

En su próxima visita a nuestro país, el EIG dedica su programa a Monteverdi, Mendelssohn y Mozart. ¿Cuáles fueron los motivos que los llevaron a conformar este repertorio?

El hilo conductor de este programa es la mezcla de frescura y, cierto aire nostálgico. Monteverdi sorprenderá a muchos por ser unas páginas renacentistas de enorme belleza que funcionan a la perfección en la voz de los instrumentos de cuerda. El cuarteto de Mendelssohn es quizás el más hermoso y genial de su producción y qué decir del quinteto en sol menor de Mozart. Descubrirlo es una experiencia única. Sin duda uno de los pilares fundamentales de la música de cámara.

¿La presentación del EIG en Lima forma parte una gira por Sudamérica? ¿Qué expectativas tienen acerca del público limeño y su visita al Perú?

El concierto en Lima es el cierre de la gira, después de actuaciones en Argentina y Chile. Tenemos muchísima ilusión por conocer al público de Lima. Queremos que sea un concierto especial, que la gente lo guarde en su memoria porque eso querrá decir que nosotros lo llevaremos siempre en la nuestra. (Por Albert Mori)

Escuche parte del programa que interpretará el Ensamble Instrumental de Granada

Como adelanto al concierto que brindará el Ensamble Instrumental de Granada, el próximo martes 3 de agosto en el Santa Úrsula, ofrecemos aquí una interpretación del Cuarteto en la menor Op.13 de Felix Mendelssohn, obra que será incluida en el programa de la agrupación.

La interpretación de la melodía corresponde al Cavani String Quartet, durante el concierto que ofreció por sus 25 años de fundación el 21 de enero del 2009, en el Kulas Hall, Cleveland, EE.UU. .

Conozca las obras que ejecutará el Trio Checo

Antonin Dvorak es uno de los autores que será incluido en el programa del concierto que el Trio Checo interpretará el próximo martes 10 de agosto en el Santa Úrsula. A continuación escuche aquí el Trio en fa menor, op. 65 compuesto por dicho autor.

La interpretación corresponde a una grabación  del año 1963 bajo el sello CBS Records Masterworks. La ejecución está a cargo de Jascha Heifetz (1901-1987), en el violin; Gregor Piatigorsky (1903-1976), en el cello y Leonard Pennario (1924-2008), en el piano.

Las obras que interpretará el Cuarteto de los 3 Continentes

Cuando el Cuarteto de los 3 Continentes suba al escenario de auditorio Santa Úrsula, este sábado 19 de junio, a las 7:30 p.m., lo hará preparado para interpretar un programa compuesto de dos grandes obras musicales: cuarteto en Mi Bemol mayo, op. 16; y cuarteto para piano Nº 1 en do menor, Op. 15, cada una de ellas creadas por Ludwig van Beethoven (1770-1821) y Gabriel Fauré (1845-1924), respectivamente.

A continuación, les presentamos una breve reseña acerca de cada obra:

Cuarteto en Mi Bemol mayo, op. 16
El Cuarteto en Mi bemol mayor, op. 16, para piano y cuerdas es una transcripción hecha por el propio compositor del Quinteto para piano y vientos (oboe, clarinete, corno y fagot) identificado con el mismo número de opus. El Quinteto para piano y vientos de Beethoven emula al que había compuesto W.A. Mozart, incluso en la misma tonalidad de Mi bemol mayor, y que corresponde en el catálogo de obras del genio de Salzburgo al K. 452. El quinteto de Beethoven fue concluido poco antes de su estreno, el cual se produjo el 6 de abril de 1797 en un concierto realizado en Viena con la participación del propio compositor en la interpretación del piano. El hecho de que la parte del piano sea especialmente destacada puede ser un indicio de que el autor había concebido la obra para ejecutarla él mismo. A fi n de convertir a este bello quinteto en una obra que se interpretara más frecuentemente en salones familiares, Beethoven lo transcribió para piano y trío de cuerdas.

El primer movimiento se inicia en tempo Grave, en el cual, desde el inicio, el piano fija un carácter concertante. Luego el primer movimiento se desarrolla en tempo Allegro, ma non troppo con un espíritu animado y, por momentos, con rasgos dramáticos. El segundo movimiento, Andante cantabile, es una pieza de hondo sentimiento; mientras que la última parte, Rondó: Allegro, ma non troppo, adquiere un temperamento brillante y de estructura poco convencional.

Cuarteto para piano Nº 1 en do menor, Op. 15
Si bien tanto sus obras para voz como las de piano han atraído el interés popular, muchos críticos han valorado especialmente sus composiciones de cámara. Su primer cuarteto con piano, el opus 15, en do menor, apareció en 1879. Esta obra fue seguida por una larga serie de obras de cámara de gran calidad artística, de equilibrada elegancia, a la vez clásicas e innovadoras. La obra de Fauré encierra una inspiración original, marcada por el buen gusto y una fi na sensibilidad. Compuso abundante música para piano llena de encanto y un bello Requiem (1877). Su drama lírico Penélope (1913) es, asimismo, una destacada obra. Frecuentemente, se ha considerado a Fauré como pionero del renacimiento de la composición musical francesa y como autor de una sólida obra artística.

El Cuarteto op. 15 es una obra muy atractiva y de concepción tan digna, que alcanza un nivel equivalente al de composiciones de su género creadas por renombrados autores del siglo XIX. Los cuatro movimientos de este cuarteto presentan y desarrollan temas de gran carácter. En el primer momento, Allegro molto moderato, el tema principal es vigoroso y muy resuelto. En cambio, en el segundo movimiento, Scherzo, Allegro vivo, el carácter es vivaz, pero delicado. El tercer movimiento, Adagio, se presenta rico de efectos dramáticos, y el cuarto, Allegro molto, encierra matices luminosos y propios del mundo de la danza. Es notable que Fauré haya alcanzado resultados tan importantes en su primera obra destinada a una forma de cámara particularmente difícil.